os pulpos son expertos en camuflaje, capaces de desaparecer a la vista al transformarse en una roca cubierta de coral o en otra criatura marina. Este impresionante truco los convierte en verdaderos maestros del disfraz en el reino animal. Sin embargo, recientes investigaciones han revelado que esta habilidad tiene un costo metabólico significativo.
Un estudio realizado por los biólogos Sofie Sonner y Kirt Onthank, de la Universidad Walla Walla en Estados Unidos, muestra que el sistema de cromatóforos de los pulpos, responsable de los cambios de color, requiere una cantidad excepcional de energía. “Debido a la participación del sistema nervioso y muscular, el cambio de color en cefalópodos probablemente sea uno de los mecanismos más costosos en términos energéticos dentro del reino animal”, explican los investigadores.
El camuflaje activo, que implica alterar tanto el color como la textura de la piel, es una estrategia evolutiva presente en diversos animales como cefalópodos y camaleones. Aunque efectiva, demanda una considerable cantidad de energía, lo que podría explicar por qué los pulpos recurren a este mecanismo solo cuando es estrictamente necesario.
Un análisis en detalle
Para investigar este fenómeno, los científicos estudiaron muestras de piel del pulpo de rubí del Pacífico Oriental (Octopus rubescens). Estas muestras contienen cromatóforos, células pigmentadas que se activan mediante contracciones musculares, permitiendo cambios de color en respuesta a estímulos.
En el laboratorio, los investigadores iluminaron las muestras con luz azul y analizaron el consumo de oxígeno cuando los cromatóforos se activaban. A partir de estas mediciones, calcularon el gasto energético necesario para activar completamente el sistema de camuflaje de un pulpo en relación con su tasa metabólica en reposo. Descubrieron que el consumo energético del sistema de cromatóforos podía ser casi tan alto como el gasto metabólico total del pulpo en reposo.
Estrategias para ahorrar energía
El elevado costo energético de este mecanismo podría explicar comportamientos observados en los pulpos. Por ejemplo, su hábito de refugiarse en grietas y madrigueras no solo los protege de depredadores, sino que también reduce la necesidad de usar su sistema de camuflaje.
Además, algunas especies optan por ser más activas durante la noche, cuando la oscuridad disminuye la necesidad de alterar su apariencia. En estas condiciones, la inversión energética en el camuflaje se minimiza, lo que favorece su supervivencia.
El estudio sugiere que la eficiencia energética podría ser un factor clave en la evolución de estos comportamientos, destacando la complejidad de las estrategias de supervivencia de los pulpos en su entorno natural.
Este trabajo amplía nuestra comprensión sobre el fascinante mundo de los cefalópodos, resaltando que incluso sus habilidades más asombrosas vienen acompañadas de significativos desafíos energéticos.
Fuente: https://www.sciencealert.com/the-amazing-camouflage-of-the-octopus-comes-at-a-heavy-cost