Un reciente experimento con aves conocido como “cajas de rompecabezas” ha revelado cómo las grandes tetas (Parus major) desarrollan comportamientos útiles al observar a sus nuevos vecinos tras mudarse a un entorno diferente. Este descubrimiento, publicado el 14 de noviembre en la revista PLOS Biology, destaca el aprendizaje social como una herramienta clave para la adaptación en el reino animal.
Innovación en la adaptación
El aprendizaje social no es exclusivo de especies como los elefantes, ballenas o primates. Las grandes tetas, pequeñas aves conocidas por su ingenio, han demostrado ser un modelo fascinante para estudiar este fenómeno. En la década de 1920, estas aves sorprendieron a los habitantes de un pueblo inglés al abrir las tapas de las botellas de leche para acceder a la crema. Este comportamiento se propagó rápidamente por Europa, lo que llevó a los científicos a preguntarse si las aves estaban aprendiendo unas de otras.
En 2015, un estudio dirigido por Lucy Aplin, ecóloga conductual, confirmó que las grandes tetas podían aprender a resolver problemas observando a sus compañeras. Este hallazgo abrió las puertas a investigaciones más profundas sobre cómo las aves comparten conocimientos dentro de sus comunidades.
Aprender en movimiento
El nuevo estudio, liderado por el biólogo evolutivo Michael Chimento, se centró en cómo la inmigración puede desencadenar el aprendizaje social. Los investigadores desarrollaron un sistema automatizado de cajas de rompecabezas, donde las aves aprendían a acceder a la comida empujando puertas hacia la izquierda o la derecha. En un entorno experimental, las aves recién llegadas observaron a los residentes locales utilizando un método distinto al suyo y adoptaron rápidamente el nuevo enfoque.
Cerca del 80 % de las aves inmigrantes cambiaron su estrategia inmediatamente, copiando el comportamiento de los residentes en su primer intento. Esto demostró que el cambio de entorno y la observación activa son catalizadores clave del aprendizaje social en estas aves.
Cambios en el entorno visual
Un aspecto crucial del estudio fue el impacto del entorno visual. Los investigadores alteraron el follaje en los aviarios experimentales, simulando una transformación drástica en el paisaje. Este cambio visual estimuló a las aves a prestar más atención a sus nuevos vecinos y adoptar sus métodos con mayor rapidez.
En contraste, cuando el entorno permanecía igual, solo el 25 % de las aves inmigrantes intentaban imitar a los residentes en el primer intento. Esto sugiere que un entorno novedoso puede aumentar la disposición a observar y aprender de los demás.
Implicaciones para la vida salvaje
Según Lucy Aplin, ahora en la Universidad Nacional Australiana y la Universidad de Zúrich, estos resultados tienen aplicaciones importantes en la naturaleza. “Los animales a menudo se enfrentan a la necesidad de adaptarse a nuevos entornos. Tener estrategias para distinguir entre comportamientos útiles o perjudiciales es esencial. Nuestro estudio proporciona evidencia experimental de que los animales, como las grandes tetas, también utilizan el aprendizaje social en situaciones reales”.
Este descubrimiento refuerza la importancia del aprendizaje social como una herramienta evolutiva clave para la supervivencia y adaptación de las especies en entornos cambiantes.
Fuente: https://www.popsci.com/environment/immigrating-birds-learning/